lunes, 30 de marzo de 2015

EDUCACIÓN

En la antigua roma los encargados de la educación de los hijos eran los padres. La madre les enseñaba a leer, contar y les explicaba las leyendas de los dioses y héroes. Al llegar a los 7 años se producían dos distinciones, por un lado las niñas seguían en casa donde las madres les enseñaban e iniciaban en las labores domésticas, mientras que los hijos quedaban al cargo del padre, el cual les daba una educación moral más contemporánea. 
Esta se basaba en guiarles y enseñarles todos los aspectos relacionados con la agricultura, el manejo de armas, el respeto a los dioses, etc.  

Al alcanzar los 17 años, el joven abandonaba la familia y los rasgos de la niñez, es decir túnicas y amuletos propios de los niños más pequeños, y los sustituía por otros que implicaban entrar en la vida adulta y finalizar la educación familiar. En este momento su educación pasaba a estar en manos de algún amigo o familiar que le enseñaba los entresijos de la vida pública y política para entrar después en el ejército  con el cargo de soldado raso.

Posteriormente en el Siglo III y II a.C los romanos adoptaron el sistema educativo de los griegos y dejaron la educación de los niños en manos de un maestro, enviándoles a la escuela acompañados de algún esclavo de confianza que se encargaba de llevar y vigilar el material escolar del niño. Esto sólo era así en algunos casos de gente con más poderes o privilegios, en otros casos, la educación continuaba dándose en las casas.
Al igual, también era de acceso privilegiado el poder asistir a la enseñanza superior impartida por los rétores, donde se abordaban principalmente la oratoria, la retórica y el conocimiento del derecho.

En cuanto al material empleado era bastante sencillo, escribían sobre tablas de madera cubiertas de cera en las cuales rayaban con un punzón con un extremo plano para poder borrar aplastando la cera. En otras ocasiones unían tablillas mediante orificios en los bordes para formar libros en los que escribir cartas. Este conjunto de tablas unidas mediante un cordón recibía el nombre de Codex. Por otro lado, para la enseñanza de las matemáticas el maestro empleaba un ábaco o un tablero de cuentas con bolitas de metal o madera.


Después también aparecieron  los papiros y loas tablas de mármol con grabados donde se enseñaban a leer.

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